Ezequiel 13:17

Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro a las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas,

Ezequiel 13:2

Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra del SEÑOR.

Jueces 4:4

Y gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot.

2 Reyes 22:14

Entonces fue Hilcías el sacerdote, y Ahicam y Acbor y Safán y Asaías, a Hulda profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la casa de la doctrina, y hablaron con ella.

Apocalipsis 2:20

Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que permites aquella mujer, Jezabel, (que se dice profetisa) enseñar, y engañar a mis siervos, a fornicar, y a comer cosas ofrecidas a los ídolos.

Lucas 2:36

Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;

Isaías 3:16-26

Asimismo dice el SEÑOR: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y los ojos descompuestos; y cuando andan, van como danzando, y haciendo son con los pies;

Isaías 4:4

cuando el Señor lavare las inmundicias de las hijas de Sion, y limpiare la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de ardimiento.

Ezequiel 4:3

Y tú tómate una sartén de hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad, y afirmarás tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal a la Casa de Israel.

Ezequiel 20:46

Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el mediodía, y derrama tu palabra al mediodía, y profetiza contra el bosque del campo del mediodía.

Ezequiel 21:2

Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra sobre los santuarios, y profetiza sobre la tierra de Israel;

2 Pedro 2:1

Pero hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente sectas de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)