Ezequiel 33:10

Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras transgresiones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos: ¿cómo, pues, viviremos?

Levítico 26:39

Y los que quedaren de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.

Isaías 49:14

Pero Sión dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.

Ezequiel 24:23

Y vuestras mitras estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.

Ezequiel 37:11

Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados.

Ezequiel 4:17

Porque les faltará el pan y el agua, y se espantarán los unos con los otros, y se consumirán por su maldad.

Salmos 130:7

Espere Israel a Jehová; porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con Él.

Isaías 51:20

Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como buey montaraz en la red, llenos del furor de Jehová, de la reprensión de tu Dios.

Jeremías 2:25

Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay esperanza, no; porque amo a los extraños y tras ellos he de ir.

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Reina Valera Gómez (© 2010)