Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Porque el Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la claridad de Dios en la faz del Cristo Jesús.

Con la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos con el espíritu de su boca.

Porque él dijo, y fue hecho ; él mandó, y existió.

Alaben el Nombre del SEÑOR; porque él mandó, y fueron creados.

He aquí que sobre él sobre extiende su luz, y cubrió las raíces del mar.

¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas?

Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón.

El que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina;

Dios es el SEÑOR que nos ha resplandecido, atad el sacrificio con cuerdas a los cuernos del altar.

Que formo la luz, y creo las tinieblas; que hago la paz y que creo el mal. Yo soy el SEÑOR, que hago todo esto.

El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; mas te será el SEÑOR por luz perpetua, y por tu gloria el Dios tuyo.

Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego su lepra fue limpiada.

Y la luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron.

Aquella Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.

Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.

Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: Lázaro, ven fuera.

porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz,

Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará el Cristo.

el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver; al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

Y esta es la Promesa que oímos de él, y os la anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay tinieblas.

Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es la verdad en él y en vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)

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