Génesis 20:2

Y dijo Abraham de Sara su esposa: Mi hermana es. Y Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara.

Génesis 12:15

La vieron también los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de Faraón; y fue llevada la mujer a casa de Faraón:

Génesis 26:7

Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su esposa; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi esposa; pues se dijo: Los hombres del lugar me matarán por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

Génesis 12:11-13

Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su esposa: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso parecer;

Génesis 20:12

Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por esposa.

Génesis 26:1

Y hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.

Génesis 26:16

Y dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.

2 Crónicas 19:2

Y le salió al encuentro Jehú el vidente, hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues la ira de la presencia de Jehová será sobre ti por ello.

2 Crónicas 20:37

Entonces Eliezer hijo de Dodava de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y los navíos se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.

2 Crónicas 32:31

Pero en lo de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.

Proverbios 24:16

porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal.

Eclesiastés 7:20

Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

Gálatas 2:11-12

Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí en su cara, porque era de condenar.

Efesios 4:25

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Colosenses 3:9

No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos;

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)