Génesis 38:9

Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la esposa de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente a su hermano.

Deuteronomio 25:6

Y será que el primogénito que ella diere a luz, se levantará en nombre de su hermano el muerto, para que el nombre de éste no sea raído de Israel.

Rut 1:11

Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías: ¿Para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?

Rut 4:10

Y que también tomo por mi esposa a Ruth la moabita, esposa de Mahalón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy.

Job 5:2

Es cierto que al necio lo mata la ira, y al codicioso lo consume la envidia.

Proverbios 27:4

Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

Tito 3:3

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y diversos placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, aborreciéndonos unos a otros.

Santiago 3:14

Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni seáis mentirosos contra la verdad.

Santiago 3:16

Porque donde hay celos y contención, allí hay confusión y toda obra perversa.

Santiago 4:5

¿Pensáis que la Escritura dice en vano: El espíritu que mora en nosotros, codicia para envidia?

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)