Hebreos 2:8

Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a Él; mas aún no vemos que todas las cosas le sean sujetas.

Salmos 8:6

Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies;

1 Corintios 15:27

Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Pero cuando dice: Todas las cosas son sujetadas a Él, claramente se exceptúa a Aquél que sujetó a Él todas las cosas.

Job 30:1-12

Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo; a cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado.

Job 41:1-34

Sacarás tú al leviatán con el anzuelo, o con la cuerda que le eches en su lengua?

Salmos 2:6

Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.

Daniel 7:14

Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que no pasará, y su reino uno que no será destruido.

Mateo 28:18

Y Jesús vino y les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Juan 3:35

El Padre ama al Hijo y todas las cosas ha dado en su mano.

Juan 13:3

sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en sus manos, y que había venido de Dios, y a Dios iba,

1 Corintios 15:24-25

Luego vendrá el fin; cuando haya entregado el reino al Dios y Padre, cuando haya abatido todo dominio y toda autoridad y poder.

Efesios 1:21-22

sobre todo principado y potestad y potencia y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este mundo, sino también en el venidero;

Filipenses 2:9-11

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre;

Hebreos 1:13

Y, ¿a cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?

Hebreos 2:5

Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, del cual hablamos;

1 Pedro 3:22

el cual habiendo subido al cielo, está a la diestra de Dios; estando sujetos a Él, ángeles, autoridades y potestades.

Apocalipsis 1:5

y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su propia sangre,

Apocalipsis 1:18

y el que vivo, y estuve muerto; y he aquí que vivo para siempre, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del infierno.

Apocalipsis 5:11-13

Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y el número de ellos era millones de millones,

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)