Hechos 5:1
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una propiedad,
Levítico 10:1-3
Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner fuego en ellos y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del SEÑOR fuego extraño, que El no les había ordenado.
Josué 6:1
Pero Jericó estaba muy bien cerrada a causa de los hijos de Israel; nadie salía ni entraba.
Mateo 13:47-48
Juan 6:37
2 Timoteo 2:20
Ahora bien, en una casa grande no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y unos para honra y otros para deshonra.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido