Isaías 17:5

Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.

2 Samuel 5:18

Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaim.

Jeremías 51:33

Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era; tiempo es ya de trillarla; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.

Joel 3:13

Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended; porque el lagar está lleno, rebosan las lagaretas; porque grande es la maldad de ellos.

Mateo 13:30

Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y en el tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi granero.

2 Samuel 5:22

Y los filisteos volvieron a subir, y se extendieron en el valle de Refaim.

Josué 15:8

Y sube este término por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo; ésta es Jerusalén. Luego sube este término por la cumbre del monte que está delante del valle de Hinom hacia el occidente, el cual está en el extremo del valle de los gigantes hacia el norte.

Josué 18:16

Y desciende este término al cabo del monte que está delante del valle del hijo de Hinom, que está en el valle de los gigantes hacia el norte; desciende luego al valle de Hinom, al lado del jebuseo al sur, y de allí desciende a la fuente de Rogel;

Isaías 17:11

En el día harás crecer tus plantas, y por la mañana harás que tu semilla florezca; pero la cosecha será arrebatada en el día de angustia y dolor desesperado.

Jeremías 9:22

Habla: Así dice Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja.

Oseas 6:11

También para ti oh Judá, está preparada una cosecha, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.

Mateo 13:39-42

El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

Apocalipsis 14:15-20

Y otro ángel salió del templo, clamando en alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está madura.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)