sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todos las encinas de Basán.

Aun los cipreses se regocijaron de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.

He aquí el Señor Jehová de los ejércitos desgajará el ramaje con violencia; y los de grande altura serán cortados, y los altos serán humillados.

Por mano de tus siervos infamaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta la cumbre, al monte de su Carmelo.

He aquí era el asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

Meteré por tanto fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.

Oh Líbano, abre tus puertas, y que el fuego devore tus cedros.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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