Isaías 22:4
Por tanto digo: `Aparten de mí la mirada, Déjenme llorar amargamente. No traten de consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo'.
Jeremías 9:1
Quién {me} diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo.
Miqueas 1:8
Por eso me lamentaré y gemiré, Andaré descalzo y desnudo. Daré aullidos como los chacales Y lamentos como los avestruces.
Rut 1:20-21
Ella les dijo: ``No me llamen Noemí (Placentera), llámenme Mara (Amarga), porque el trato del Todopoderoso (Shaddai) me ha llenado de amargura.
Salmos 77:2
En el día de mi angustia busqué al Señor; En la noche mi mano se extendía sin cansarse; Mi alma rehusaba ser consolada.
Isaías 15:3
En sus calles se han ceñido de cilicio. En sus terrados y en sus plazas Todos gimen, deshechos en lágrimas.
Isaías 33:7
Miren cómo sus valientes claman en las calles, Los mensajeros de paz lloran amargamente.
Jeremías 4:19
¡Alma mía, alma mía! ( ¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra.
Jeremías 6:26
Hija de mi pueblo, cíñete el cilicio Y revuélcate en ceniza. Haz duelo como por hijo único, Lamento de gran amargura, Porque de pronto el destructor Vendrá sobre nosotros.
Jeremías 8:18
Mi tristeza no tiene remedio, Mi corazón desfallece {en mí}.
Jeremías 13:17
Pero si no escuchan esto, Mi alma sollozará en secreto por {tal} orgullo; Mis ojos llorarán amargamente Y se llenarán de lágrimas, Porque ha sido hecho cautivo el rebaño del SEÑOR.
Jeremías 31:15
Así dice el SEÑOR: ``Se oye una voz en Ramá, Lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; Rehúsa ser consolada, por sus hijos Que ya no existen."
Mateo 2:18
``SE OYO UNA VOZ EN RAMA, LLANTO Y GRAN LAMENTACION; RAQUEL QUE LLORA A SUS HIJOS, Y QUE NO QUISO SER CONSOLADA PORQUE {ya} NO EXISTEN."
Mateo 26:75
Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho:
Lucas 1:2
tal como nos las dieron a conocer los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra (del evangelio),
Lucas 19:41
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido