Isaías 23:2

Callad, moradores de la isla, mercaderes de Sidón, que pasando el mar te abastecían.

Isaías 47:5

Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora de reinos.

Salmos 46:10

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; enaltecido seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.

Isaías 41:1

Guardad silencio ante mí, oh islas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; vengamos juntos a juicio.

Ezequiel 27:3-4

Y dirás a Tiro: Oh tú que estás asentada a las entradas del mar, que eres mercader de los pueblos de muchas islas: Así dice Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.

Ezequiel 27:8-36

Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus timoneles.

Ezequiel 28:2

Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón y dijiste: Yo soy Dios; en la silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios.

Habacuc 2:20

Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de Él toda la tierra.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)