Isaías 24:18
Y sucederá que el que huya del ruido del terror, caerá en el foso, y el que salga del foso, será atrapado en el lazo; porque las ventanas de arriba están abiertas, y los cimientos de la tierra se estremecen.
Génesis 7:11
El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, a los diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas.
Salmos 18:7
Entonces la tierra se estremeció y tembló; los cimientos de los montes temblaron y fueron sacudidos, porque El se indignó.
Génesis 19:24
Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos;
Deuteronomio 32:22-26
porque fuego se ha encendido en mi ira, que quema hasta las profundidades del Seol, consume la tierra con su fruto, e incendia los fundamentos de los montes.
Josué 10:10-11
Y el SEÑOR los desconcertó delante de Israel, y los hirió con gran matanza en Gabaón, y los persiguió por el camino de la subida de Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.
1 Reyes 20:29-30
Acamparon unos frente a otros por siete días. Y sucedió que al séptimo día comenzó la batalla, y los hijos de Israel mataron de los arameos a cien mil hombres de a pie en un solo día.
2 Reyes 7:2
Y el oficial real en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios, y dijo: Mira, aunque el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Entonces {Eliseo} dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.
Job 18:8-16
Porque es arrojado en la red por sus propios pies, y sobre mallas camina.
Job 20:24
Tal vez huya del arma de hierro, {pero} el arco de bronce lo atravesará.
Salmos 18:15
Entonces apareció el lecho de las aguas, y los cimientos del mundo quedaron al descubierto a tu reprensión, oh SEÑOR, al soplo del aliento de tu nariz.
Salmos 46:2-3
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares;
Amós 5:19
como cuando uno huye de un león, y se encuentra con un oso, o va a casa, apoya la mano en la pared, y lo muerde una culebra.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido