Isaías 40:9

Súbete sobre un monte alto, oh Sion anunciadora; levanta fuertemente tu voz anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas. Di a las ciudades de Judá: ¡Veis aquí el Dios vuestro!

Isaías 12:2

He aquí oh Dios, salud mía; me aseguraré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH, el SEÑOR, el cual ha sido salud para mí.

Isaías 25:9

Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, a quien esperamos, y nos ha salvado. Este es el SEÑOR a quien esperamos, nos gozaremos y nos alegraremos en su salud.

Isaías 52:7-8

¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice a Sion: Reina tu Dios!

Isaías 61:1

El espíritu del Señor DIOS es sobre mí, porque me ungió el SEÑOR; me envió a predicar a los abatidos, a atar las llagas de los quebrantados de corazón; a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

Efesios 6:19

y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del Evangelio,

Jueces 9:7

Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y les dijo: Oídme, varones de Siquem; que Dios os oiga.

1 Samuel 26:13-14

Y pasando David al otro lado, se puso fuera del camino en la cumbre del monte, habiendo gran distancia entre ellos;

2 Crónicas 13:4

Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim, que es en los montes de Efraín, y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel.

Esdras 1:1-2

Y en el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR dicha por boca de Jeremías, despertó el SEÑOR el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito, diciendo:

Isaías 35:3-4

Confortad las manos cansadas, esforzad las rodillas que titubean.

Isaías 41:27

Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén di la nueva.

Isaías 51:7

Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley: No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos;

Isaías 51:12

Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado?

Isaías 58:4

He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente. No ayunéis como hasta aquí, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

Jeremías 22:20

Sube al Líbano, y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas partes; porque todos tus enamorados son quebrantados.

Lucas 24:47

y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

Hechos 2:14

Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

Hechos 4:13

Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.

Hechos 4:29

Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y da a tus siervos que con toda confianza hablen tu palabra;

Hechos 5:41-42

Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fueran tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre de Jesús.

Romanos 10:18

Mas digo: ¿No han oído? Cierto por toda la tierra ha salido la fama de ellos, y hasta los extremos de la redondez de la tierra las palabras de ellos.

Filipenses 1:28-29

y en nada intimidados de los que se oponen; que a ellos ciertamente es indicio de perdición, mas a vosotros de salud; y esto de Dios;

1 Timoteo 3:16

Y sin falta, grande es el misterio de la piedad: Dios se ha manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los Angeles; ha sido predicado a los gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.

1 Pedro 3:14

Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;

1 Juan 5:20-21

Pero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento; para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

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