Isaías 43:26 Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; declara tú para justificarte.

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta; si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos: ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Es Verdad.

Job 40:4-5

He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.

Job 40:7-8

Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me lo declararás.

Génesis 32:12

Y tú has dicho: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

Job 16:21

¡Oh que alguien intercediera por el hombre ante Dios, como el hombre intercede por su prójimo!

Job 23:3-6

¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.

Salmos 141:2

Suba mi oración delante de ti como el incienso, y el levantar mis manos como la ofrenda de la tarde.

Isaías 41:1

Guardad silencio ante mí, oh islas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; vengamos juntos a juicio.

Isaías 50:8

Cercano está el que me justifica; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.

Jeremías 2:21-35

Y yo te planté como vid escogida, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tornado sarmiento de vid extraña?

Ezequiel 36:37

Así dice Jehová el Señor: Aun seré consultado por la casa de Israel, para hacerles esto; los multiplicaré con hombres como un rebaño.

Lucas 10:29

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

Lucas 16:15

Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es abominación.