Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.

¿Por qué has de ser como hombre desalentado, Como guerrero incapaz de salvar? Sin embargo Tú estás en medio nuestro, oh SEÑOR, Y por Tu nombre somos llamados; ¡No nos abandones!"

Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida.

Mejor es para mí la ley de Tu boca Que millares {de monedas} de oro y de plata. Yod.

Deseables más que el oro; sí, {más} que mucho oro fino, Más dulces que la miel y que el destilar del panal.

¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación.

Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, Porque son el gozo de mi corazón.

Entonces El me dijo: ``Hijo de hombre, come lo que tienes delante; cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel."

Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo: ``Tóma{lo} y devóralo. Te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel."

De todo mal camino he refrenado mis pies, Para guardar Tu palabra.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso

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