Jeremías 25:4

Y envió el SEÑOR a vosotros todos sus siervos los profetas, madrugando y enviándoles; mas no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar,

Jeremías 25:3

Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años, vino a mí palabra del SEÑOR, la cual hablé a vosotros, madrugando y dando aviso; mas no oísteis.

Jeremías 26:5

para oír a las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando y enviando, a los cuales no habéis oído;

2 Crónicas 36:15-16

Y el SEÑOR el Dios de sus padres envió a ellos por mano de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación.

Jeremías 7:24-26

Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,

Jeremías 11:7-10

Porque con eficacia protesté a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, madrugando y protestando, diciendo: Oíd mi voz.

Jeremías 13:10-11

A este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y se fue en pos de dioses ajenos para servirles, y para encorvarse a ellos; y vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.

Jeremías 16:12

y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.

Jeremías 17:23

los cuales no oyeron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz, para no oír, ni recibir corrección.

Jeremías 18:12

Y dijeron: Es por demás: porque en pos de nuestras imaginaciones hemos de ir, y hemos de hacer cada uno el pensamiento de su malvado corazón.

Jeremías 19:15

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz, para no oír mis palabras.

Jeremías 22:21

Hablé a ti en tus prosperidades; mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.

Jeremías 25:7

Pero no me oístes, dijo el SEÑOR, provocándome a ira con la obra de vuestras manos para mal vuestro.

Jeremías 29:19

porque no oyeron mis palabras, dijo el SEÑOR, que les envié por mis siervos los profetas, madrugando y enviando; y no oístes, dijo el SEÑOR.

Jeremías 32:33

Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba, madrugando y enseñando, no oyeron para recibir castigo;

Jeremías 35:14-15

Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por escuchar el mandamiento de su padre; y yo os he hablado a vosotros, madrugando, y hablando, y no me habéis oído.

Jeremías 36:31

Y visitaré sobre él, y sobre su simiente, y sobre sus siervos, su maldad; y traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén, y sobre los varones de Judá, todo el mal que les he dicho y no oyeron.

Jeremías 44:4-5

Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, diciendo: No hagáis ahora esta cosa abominable que yo aborrezco.

Zacarías 7:11-12

Pero no quisieron escuchar, antes dieron hombro rebelado, y agravaron sus oídos para no oír;

Hechos 7:51-52

Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

Hebreos 12:25

Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si desecháramos al que habla desde los cielos.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)