Jeremías 32:33
Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y aunque los enseñaba, madrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección.
Jeremías 2:27
que dicen al leño: Mi padre eres tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; pero en el tiempo de su tribulación dicen: Levántate, y líbranos.
Jeremías 7:13
Y ahora, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y bien que os hablé, madrugando para hablar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis;
Ezequiel 8:16
Y me metió en el atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente.
2 Crónicas 36:15-16
Y Jehová el Dios de sus padres envió a ellos por medio de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación.
Jeremías 7:24
Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,
Jeremías 26:5
para atender a las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando en enviarlos, a los cuales no habéis oído;
Jeremías 35:15
Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos a decir: Volveos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres: mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.
Juan 8:2
Y por la mañana vino otra vez al templo, y todo el pueblo vino a Él; y sentándose, les enseñaba.
Jeremías 18:17
Como viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas, y no el rostro, en el día de su calamidad.
Jeremías 25:3-4
Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años, vino a mí palabra de Jehová, y os he hablado, madrugando y dando aviso; mas no oísteis.
Jeremías 44:4
Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, diciendo: No hagáis ahora esta cosa abominable que yo aborrezco.
Oseas 11:2
Cuanto más los llamaban, así ellos se iban de su presencia; a los Baales sacrificaban, y a los ídolos quemaban incienso.
Zacarías 7:11
Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido