Jeremías 40:5

Y aun el no había respondido que se volvería, cuando el capitán le dijo: Vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te pareciere más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia presentes y dones, y le envió.

Jeremías 39:14

Enviaron entonces, y tomaron a Jeremías del patio de la guarda, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo.

2 Reyes 8:7-9

Eliseo se fue luego a Damasco, y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios es venido aquí.

Jeremías 41:2

Y se levantó Ismael, hijo de Netanías, y los diez hombres que con él estaban , e hirieron a cuchillo a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto sobre la tierra.

2 Reyes 22:12

Y mandó el rey a Hilcías el sacerdote, y a Ahicam hijo de Safán, y a Acbor hijo de Micaías, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo:

2 Reyes 22:14

Entonces fue Hilcías el sacerdote, y Ahicam y Acbor y Safán y Asaías, a Hulda profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la casa de la doctrina, y hablaron con ella.

2 Reyes 25:22-24

Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Safán.

2 Crónicas 34:20

y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo:

Esdras 7:6

Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SEÑOR Dios de Israel; y le concedió el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.

Esdras 7:27

Bendito sea el SEÑOR, Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la Casa del SEÑOR que está en Jerusalén.

Nehemías 1:11

Te ruego, oh SEÑOR, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean temer tu nombre; y ahora concede hoy buen suceso a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo era maestresala del rey.

Nehemías 2:4-8

Y me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,

Job 22:29

Cuando los otros fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá; y Dios salvará al humilde de ojos.

Proverbios 16:7

Cuando los caminos del hombre son agradables al SEÑOR, aun a sus enemigos hacen estar en paz con él.

Proverbios 21:1

Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano del SEÑOR; a todo lo que quiere lo inclina.

Jeremías 15:11

Dijo el SEÑOR: De cierto tus reliquias serán en bien; de cierto haré que el enemigo te salga a recibir en el tiempo trabajoso, y en el tiempo de angustia.

Jeremías 26:24

Pero la mano de Ahicam hijo de Safán era con Jeremías, para que no lo entregasen en las manos del pueblo para matarlo.

Jeremías 40:4

Y ahora yo te he soltado hoy de las esposas que tenías en tus manos. Si te está bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo miraré por ti; mas si no te está bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te pareciere ir.

Jeremías 52:31-34

Y acaeció que en el año treinta y siete de la cautividad de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la casa de la cárcel;

Hechos 27:3

Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando a Pablo humanamente, le permitió que fuese a los amigos, para ser de ellos asistido.

Hechos 27:43

Mas el centurión, queriendo salvar a Pablo, estorbó este acuerdo, y mandó que los que pudiesen nadar, se echasen los primeros, y saliesen a tierra;

Hechos 28:10

los cuales también nos honraron con muchos obsequios; y cuando partimos, nos cargaron de las cosas necesarias.

Hebreos 13:6

De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)