Jeremías 51:9

Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vayamos cada uno a su tierra; porque su juicio ha llegado hasta el cielo, y se ha levantado hasta las nubes.

Isaías 13:14

Y será que como gacela acosada, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.

Jeremías 50:16

Talad de Babilonia al sembrador, y al que mete hoz en tiempo de la siega; delante de la espada opresora cada uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.

Apocalipsis 18:5

porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de las maldades de ella.

Esdras 9:6

y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.

Jeremías 46:16

Multiplicó los caídos, y cada uno cayó sobre su compañero, y dijeron: Levántate y volvámonos a nuestro pueblo, y a la tierra de nuestro nacimiento, de delante de la espada vencedora.

2 Crónicas 28:9

Había entonces allí un profeta de Jehová, que se llamaba Oded, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y les dijo: He aquí Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con ira, que ha llegado hasta el cielo.

Isaías 47:15

Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que han negociado contigo desde tu juventud; cada uno se irá por su camino, no habrá quien te salve.

Jeremías 8:20

Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.

Jeremías 46:21

También sus soldados en medio de ella son como becerros engordados; porque también ellos se volvieron atrás, a una todos huyeron, no resistieron; porque vino sobre ellos el día de su quebrantamiento, el tiempo de su visitación.

Daniel 4:20-22

El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y que su altura llegaba hasta el cielo, y era visible a toda la tierra;

Mateo 25:10-13

Y entre tanto que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)