Jeremías 6:7

Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así ella nunca cesa de manar su maldad; injusticia y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida.

Ezequiel 7:11

La violencia se ha levantado en vara de impiedad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos; ni habrá quien por ellos se lamente.

Ezequiel 7:23

Haz una cadena, porque la tierra está llena de crímenes sangrientos, y la ciudad está llena de violencia.

Jeremías 20:8

Porque desde que hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.

Isaías 57:20

Mas los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.

Salmos 55:9-11

Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

Proverbios 4:23

Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida.

Ezequiel 22:3-12

Dirás, pues: Así dice Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!

Ezequiel 24:7

Porque su sangre está en medio de ella; sobre una roca alisada la derramó; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo.

Miqueas 2:1-2

¡Ay de los que piensan iniquidad, y de los que fabrican el mal en sus camas! Cuando viene la mañana lo ponen en obra, porque tienen en su mano el poder.

Miqueas 2:8-10

El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; tras las vestiduras quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como los que vuelven de la guerra.

Miqueas 3:1-3

Y dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y cabezas de la casa de Israel: ¿No pertenece a vosotros saber el derecho?

Miqueas 3:9-12

Oíd ahora esto, cabezas de la casa de Jacob, y capitanes de la casa de Israel, que abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho;

Miqueas 7:2-3

Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres: todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano.

Santiago 3:10-12

De una misma boca proceden maldición y bendición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)