Jeremías 8:16

Desde Dan se oyó el bufido de sus caballos; del sonido de los relinchos de sus fuertes tembló toda la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, ciudad y moradores de ella.

Jueces 5:22

Se rompieron entonces los cascos de los caballos por el galopar, por el galopar de sus valientes.

Jueces 18:29

Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, conforme al nombre de Dan su padre, hijo de Israel, bien que antes se llamaba la ciudad Lais.

Jueces 20:1

Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa.

Salmos 24:1

«Salmo de David» De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan.

Jeremías 4:15-16

Porque una voz proclama desde Dan, y anuncia calamidad desde el monte de Efraín.

Jeremías 4:24

Miré los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.

Jeremías 6:23

Arco y lanza empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sión.

Jeremías 10:25

Derrama tu enojo sobre las gentes que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, le devoraron, le han consumido, y han asolado su morada.

Jeremías 47:3

Por el sonido de las uñas de sus fuertes, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no mirarán a los hijos por la flaqueza de las manos;

Nahúm 1:4-5

Él reprende al mar, y lo hace secar, y agosta todos los ríos: Languidecen Basán y el Carmelo, y la flor del Líbano se marchita.

Nahúm 3:2

Sonido de látigo, y estruendo de movimiento de ruedas; y caballo atropellador, y carro saltador;

Habacuc 3:10

Te vieron, y tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el abismo dio su voz, y a lo alto alzó sus manos.

1 Corintios 10:26

porque del Señor es la tierra y su plenitud.

1 Corintios 10:28

Pero si alguien os dice: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)