Job 2:5

Mas extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no te maldice en tu rostro.

Job 1:11

Mas extiende ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu rostro.

Job 1:5

Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

Levítico 24:15

Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad.

1 Crónicas 21:17

Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.

Job 2:9

Entonces su esposa le dijo: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

Job 19:20-21

Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he escapado con sólo la piel de mis dientes.

Salmos 32:3-4

Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.

Salmos 38:2-7

Porque tus saetas cayeron sobre mí, y sobre mí ha descendido tu mano.

Salmos 39:10

Quita de sobre mí tu plaga; bajo los golpes de tu mano estoy consumido.

Isaías 8:21

Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)