¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.

Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría razonar con Dios.

¡Oh que alguien intercediera por el hombre ante Dios, como el hombre intercede por su prójimo!

¡Quién me diera alguien que me oyese! He aquí mi deseo es que el Omnipotente me respondiese, y que mi adversario hubiese escrito un libro.

Además respondió Jehová a Job y dijo:

También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.

Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, obra por amor de tu nombre; porque muchas son nuestras rebeliones, contra ti hemos pecado.

De manera que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no imputándole sus pecados, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación.

Así que, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero fue predicado no entraron por causa de incredulidad,

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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