Job 27:9

¿Oirá Dios su clamor cuando la tribulación sobre él viniere?

Proverbios 1:28

Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán;

Isaías 1:15

Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

Jeremías 14:12

Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrecieren holocausto y ofrenda, no lo aceptaré; sino que los consumiré con espada, y con hambre, y con pestilencia.

Miqueas 3:4

Entonces clamarán a Jehová y no les responderá; antes esconderá de ellos su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicieron malvadas obras.

Job 35:12-13

Allí clamarán, pero Él no oirá, por la soberbia de los malos.

Salmos 18:41

Clamaron, y no hubo quien los salvase; aun a Jehová, pero Él no les respondió.

Salmos 66:18

Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.

Jeremías 11:11

Por tanto, así dice Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán escapar; y clamarán a mí, y no los oiré.

Ezequiel 8:18

Por tanto, yo también obraré con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré.

Zacarías 7:13

Y aconteció que como Él clamó, y no escucharon, así ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos;

Salmos 109:7

Cuando sea juzgado, salga culpable; y su oración sea para pecado.

Proverbios 28:9

El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.

Oseas 7:14

Y no clamaron a mí con su corazón cuando aullaron sobre sus camas, para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí.

Lucas 13:25

Después que el Padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando afuera comencéis a tocar la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos; y Él respondiendo, os dirá: No os conozco de dónde seáis.

Juan 9:31

Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a éste oye.

Santiago 4:3

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)