Joel 1:13

Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitado es de la Casa de vuestro Dios el presente y la libación.

Jeremías 4:8

Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira del SEÑOR no se ha apartado de nosotros.

Joel 1:8-9

Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud.

1 Reyes 21:27

Y acaeció cuando Acab oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre su carne, y ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado.

Jeremías 9:10

Sobre los montes levantaré lloro y lamentación, y llanto sobre las moradas del desierto; porque desolados fueron hasta no quedar quien pase, ni oyeron bramido de ganado; desde las aves del cielo y hasta las bestias de la tierra se transportaron, y se fueron.

Ezequiel 7:18

Se ceñirán también de cilicio, y les cubrirá temblor; y en todo rostro habrá vergüenza, y en todas sus cabezas peladura.

Joel 2:17

Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad, para que los gentiles se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?

Levítico 2:8-10

Y traerás al SEÑOR el presente que se hará de estas cosas, y la ofrecerás al sacerdote, el cual la llegará al altar.

Números 29:6

Además del holocausto del mes, y su presente, y el holocausto continuo y su presente, y sus libaciones, conforme a su ley, por ofrenda encendida al SEÑOR en olor grato.

2 Samuel 12:16

Entonces rogó David a Dios por el niño; y ayunó David, y vino, y pasó la noche acostado en tierra.

Isaías 61:6

Y vosotros seréis llamados sacerdotes del SEÑOR, ministros del Dios nuestro seréis dichos; comeréis las fuerzas de los gentiles, y con su gloria seréis sublimes.

Jonás 3:5-8

Y los varones de Nínive creyeron a Dios, y pregonaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos.

1 Corintios 4:1

Téngannos los hombres por ministros del Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.

1 Corintios 9:13

¿No sabéis que los que obran en lo sagrado, comen del santuario; y que los que sirven al altar, del altar participan?

2 Corintios 3:6

el cual aun nos hizo que fuésemos ministros suficientes del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica.

2 Corintios 6:4

antes teniéndonos en todas las cosas como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;

2 Corintios 11:23

¿Son ministros de Cristo? (Como poco sabio hablo), yo más; en trabajos más abundante ; en azotes más; en cárceles más; en muertes, muchas veces.

Hebreos 7:13-14

Porque aquel del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie presidió el altar.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)