Jonás 2:7

Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé del Señor; Y mi oración entró hasta ti en tu santo Templo.

2 Crónicas 30:27

Y levantándose los sacerdotes levitas, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo.

Salmos 11:4

El SEÑOR está en el templo de su santidad; la silla del SEÑOR está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.

Salmos 18:6

En mi angustia llamé al SEÑOR, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

Salmos 65:4

Dichoso el que tú escogieres, e hicieres llegar para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu Casa, de tu santo templo.

Salmos 77:10-11

Y dije: Enfermedad mía es ésta ; me acordaré de los años de la diestra del Altísimo,

Salmos 143:5

Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras, meditaba en las obras de tus manos.

Jonás 2:4

Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré el santo templo tuyo.

Miqueas 1:2

Oíd, pueblos todos: está atenta, tierra, y todo lo que en ella hay; y el Señor DIOS, el Señor desde su santo templo sea testigo contra vosotros.

Habacuc 2:20

Mas el SEÑOR está en su santo Templo: calle delante de él toda la tierra.

1 Samuel 30:6

Y David fue muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo; porque todo el pueblo estaba con ánimo amargo, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se esforzó en el SEÑOR su Dios.

Salmos 20:7

Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre del SEÑOR nuestro Dios tendremos memoria.

Salmos 22:14

Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.

Salmos 27:13

Hubiera yo desmayado , si no creyese que tengo de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes.

Salmos 42:5

¿Por qué te abates, oh alma mía, y bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún le tengo de alabar por las saludes de su presencia.

Salmos 42:11

¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.

Salmos 43:5

¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.

Salmos 119:81-83

CAF Desfalleció de deseo mi alma por tu salud, esperando a tu palabra.

Isaías 50:10

¿Quién hay entre vosotros, que teme al SEÑOR? Oiga la voz de su siervo. El que anduvo en tinieblas, y el que careció de luz, confíe en el nombre del SEÑOR, y recuéstese sobre su Dios.

Lamentaciones 3:21-26

Zain : Esto reduciré a mi corazón, por tanto esperaré.

2 Corintios 1:9-10

Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios, que levanta a los muertos;

Hebreos 12:3

Traed pues muchas veces a vuestro pensamiento a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)