Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo.

¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su Hijo, si lo sabes?

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,

Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo.)

No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos lo hará oír para que lo cumplamos?

Y decían: ¿No es Éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice Éste: Yo he descendido del cielo?

¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?

Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre.

El primer hombre, es de la tierra, terrenal; el segundo hombre que es el Señor, es del cielo.

(Ahora, que Él subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.

El que viene de arriba, sobre todos es; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, sobre todos es.

Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.

No que alguno haya visto al Padre, sino Aquél que vino de Dios, Éste ha visto al Padre.

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

Jesús entonces les dijo: Si Dios fuese vuestro Padre, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que Él me envió.

sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en sus manos, y que había venido de Dios, y a Dios iba,

Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre.

Y ahora, oh Padre, glorifícame tú contigo mismo, con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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