Juan 7:26

Y he aquí, habla públicamente, y no le dicen nada; ¿han por ventura entendido verdaderamente los príncipes, que éste es el Cristo?

Juan 7:48

¿Ha creído en él alguno de los príncipes, o de los fariseos?

Salmos 40:9-10

He anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no detuve mis labios, SEÑOR, tú lo sabes.

Salmos 71:15-16

Mi boca publicará tu justicia y tu salud todo el día, aunque no sé el número de ellas .

Proverbios 28:1

Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un leoncillo.

Isaías 42:4

No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio, y las islas esperarán su ley.

Isaías 50:7-8

Porque el Señor DIOS me ayudará, por tanto no me avergoncé, por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.

Mateo 22:16

Y envían a él los discípulos de ellos, con los de Herodes, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te curas de nadie, porque no tienes acepción de persona de hombres.

Lucas 7:30

Mas los fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de él.

Juan 9:22

Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos; porque ya los judíos habían conspirado, que si alguno confesase ser él el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.

Juan 11:47-53

Y los sumo sacerdotes y los fariseos juntaron concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales.

Juan 12:42

Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser echados de la sinagoga.

Hechos 4:13

Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.

Efesios 6:19-20

y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del Evangelio,

Filipenses 1:14

y muchos de los hermanos, tomando ánimo con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra de Dios sin temor.

2 Timoteo 1:7-8

Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)