Y él dijo a su madre: Las mil cien {piezas} de plata que te quitaron, acerca de las cuales proferiste una maldición a mis oídos, he aquí, la plata está en mi poder; yo la tomé. Y su madre dijo: Bendito sea mi hijo por el SEÑOR.

Y contendí con ellos y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, {diciendo:} No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos.

Entonces él dijo: Bendita seas del SEÑOR, hija mía. Has hecho tu última bondad mejor que la primera, al no ir en pos de {los} jóvenes, ya sean pobres o ricos.

Y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra;

Y sucedió que cuando él vio el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y cuando oyó las palabras de su hermana Rebeca, diciendo: Esto es lo que el hombre me dijo, {Labán} fue al hombre; y he aquí que estaba con los camellos junto a la fuente.

No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.

``Maldito el que desprecie a su padre o a su madre." Y todo el pueblo dirá: ``Amén."

``Maldecid a Meroz", dijo el ángel del SEÑOR, ``maldecid, maldecid a sus moradores; porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, en ayuda del SEÑOR contra los guerreros."

Mas los hombres de Israel estaban en gran aprieto aquel día, porque Saúl había puesto al pueblo bajo juramento, diciendo: Maldito sea el hombre que tome alimento antes del anochecer, {antes} que me haya vengado de mis enemigos. Y nadie del pueblo probó alimento.

Entonces uno del pueblo {le} habló, y dijo: Tu padre puso bajo estricto juramento al pueblo, diciendo: ``Maldito sea el hombre que tome alimento hoy." Y el pueblo estaba desfallecido.

Entonces Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: ¡Bendito seas del SEÑOR! He cumplido el mandamiento del SEÑOR.

Y Saúl dijo: Benditos seáis del SEÑOR, porque os compadecisteis de mí.

Ahora pues, ruego a mi señor el rey que escuche las palabras de su siervo. Si el SEÑOR te ha incitado contra mí, que El acepte una ofrenda, pero si son hombres, malditos sean delante del SEÑOR, porque me han expulsado hoy para que yo no tenga parte en la heredad del SEÑOR, diciendo: ``Ve, sirve a otros dioses."

Porque del deseo de su corazón se jacta el impío, y el codicioso maldice {y} desprecia al SEÑOR.

El que roba a su padre o a su madre y dice: ``No es transgresión", es compañero del hombre destructor.

Maldito el que hace la obra del SEÑOR con engaño; maldito el que retrae su espada de la sangre.

Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre! Y al instante un gallo cantó.

Porque desearía yo mismo ser anatema, {separado} de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne,

Si alguno no ama al Señor, que sea anatema. ¡MaranataSeñor, ven!} O, {Maran ata,} que significa: { ¿El Señor viene!}>>!

pues el que lo saluda participa en sus malas obras.

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