Y he aquí un hombre viejo, que a la tarde venía del campo de trabajar; el cual era del monte de Efraín, y moraba como peregrino en Gabaa, pero los moradores de aquel lugar eran hijos de Benjamín.

Y aconteció en aquellos días, cuando no había rey en Israel, que hubo un levita que moraba como peregrino en los lados del monte de Efraín, el cual había tomado para sí una concubina de Belén de Judá.

Sale el hombre a su labor, y a su labranza hasta la tarde.

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Pasando pues, caminaron, y se les puso el sol junto a Gabaa, que pertenece a Benjamín.

Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.

Las riquezas de vanidad disminuirán; mas el que las acumula por mano laboriosa las aumentará.

En toda labor hay fruto; mas la palabra sólo de labios empobrece.

Prepara tus labores fuera, y disponlas en tu campo; y después edificarás tu casa.

Y di mi corazón a inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.

Dulce es el sueño del trabajador, ya sea que coma mucho o poco; mas al rico no le deja dormir la abundancia.

El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padeciere necesidad.

y que procuréis tener quietud, y ocuparos en vuestros propios negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado;

Porque aun cuando estábamos con vosotros, os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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