Y metiéndolos en su casa, dio de comer a sus asnos; y ellos se lavaron los pies, y comieron y bebieron.

Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,

Y aquel varón trajo a los hombres a casa de José: y les dio agua, y lavaron sus pies: y dio de comer a sus asnos.

Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no me diste agua para mis pies; mas ésta ha lavado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con los cabellos de su cabeza.

Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían.

Y ella se levantó, e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, para que sea sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.

Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de casa del rey, vino tras de él comida real.

se levantó de la cena, y se quitó su túnica, y tomando una toalla, se ciñó.

Pues si yo, vuestro Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.

Que tenga testimonio de buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha seguido toda buena obra.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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