Jueces 3:31

Después de Aod vino Samgar, hijo de Anat, el cual hirió a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.

Jueces 5:6

En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Jael, quedaron desiertos los caminos, y los viajeros andaban por sendas tortuosas.

Jueces 2:16

Entonces el SEÑOR levantó jueces que los libraron de la mano de los que los saqueaban.

Jueces 5:8

Escogieron nuevos dioses; entonces la guerra {estaba} a las puertas. No se veía escudo ni lanza entre cuarenta mil en Israel.

Jueces 4:1

Cuando murió Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR.

Jueces 4:3-24

Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, porque aquél tenía novecientos carros de hierro y había oprimido duramente a los hijos de Israel por veinte años.

Jueces 10:7

Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó en manos de los filisteos y en manos de los hijos de Amón.

Jueces 10:17

Entonces los hijos de Amón se reunieron y acamparon en Galaad. Y los hijos de Israel se juntaron y acamparon en Mizpa.

Jueces 11:4-33

Después de cierto tiempo sucedió que los hijos de Amón pelearon contra Israel.

Jueces 15:15

Y halló una quijada de asno fresca {aún,} y extendiendo su mano, la tomó y mató a mil hombres con ella.

1 Samuel 4:1

Y llegaba la palabra de Samuel a todo Israel. Y salió Israel para enfrentarse en batalla con los filisteos y acampó junto a Eben-ezer, mientras que los filisteos habían acampado en Afec.

1 Samuel 13:19-22

En toda la tierra de Israel no podía hallarse ningún herrero, pues los filisteos decían: No sea que los hebreos hagan espadas o lanzas.

1 Samuel 17:47

y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos.

1 Samuel 17:50

Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David.

1 Corintios 1:17

Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido