Aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, Le dijo uno de Sus discípulos: ``Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos."

Estando Jesús orando a solas, estaban con El los discípulos, y les preguntó: `` ¿Quién dicen las multitudes que soy Yo?"

Oh SEÑOR, Tú has oído el deseo de los humildes; Tú fortalecerás su corazón {e} inclinarás Tu oído

Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, Oh SEÑOR, roca mía y Redentor mío.

En esos días Jesús se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.

Y como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó con El a Pedro, a Juan y a Jacobo (Santiago), y subió al monte a orar.

Saliendo Jesús, se encaminó, como de costumbre, hacia el Monte de los Olivos; y los discípulos también Lo siguieron.

De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede {por nosotros} con gemidos indecibles.

Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente.

Ustedes codician y no tienen, {por eso} cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, {por eso} combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden.

Pero ustedes, amados, edificándose en su santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso

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