Lucas 8:24
Llegándose a Jesús, Lo despertaron, diciendo: `` ¡Maestro, Maestro, que perecemos!" Y El, levantándose, reprendió al viento y a las olas embravecidas, y cesaron y sobrevino la calma.
Salmos 65:7
El que calma el rugido de los mares, El estruendo de las olas, Y el tumulto de los pueblos.
Lucas 4:39
Inclinándose sobre ella, Jesús reprendió la fiebre {y la fiebre} la dejó; al instante ella se levantó y les servía.
Salmos 69:1-2
Salmos 104:6-9
La cubriste con el abismo como con un vestido; Las aguas estaban sobre los montes.
Salmos 107:25-29
Pues El habló, y levantó un viento tempestuoso Que encrespó las olas del mar.
Salmos 116:3-4
Los lazos de la muerte me rodearon, Y los terrores del Seol vinieron sobre mí; Angustia y tristeza encontré.
Salmos 142:4-5
Mira a la derecha, y ve, Porque no hay quien me tome en cuenta; No hay refugio para mí; No hay quien cuide de mi alma.
Isaías 50:2
¿Por qué cuando vine no había nadie, {Y} cuando llamé no había quien respondiera? ¿Acaso es tan corta Mi mano que no puede rescatar, O no tengo poder para librar? Con Mi reprensión seco el mar, Convierto los ríos en desierto. Sus peces huelen mal por falta de agua, Mueren de sed.
Jeremías 5:22
¿No Me temen?' declara el SEÑOR. ` ¿No tiemblan delante de Mí, Que puse la arena como frontera del mar, Límite perpetuo que no traspasará? Aunque se agiten las olas, no prevalecerán; Aunque bramen, no pasarán sobre ella.
Lamentaciones 3:54-56
Cubrieron las aguas mi cabeza, Dije: `` ¡Estoy perdido!"
Nahúm 1:4
El reprende al mar y lo hace secar, Y todos los ríos agota. Languidecen Basán y el Carmelo, Y las flores del Líbano se marchitan.
Mateo 14:30
Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: `` ¡Señor, sálvame!"
Lucas 5:5
Simón Le contestó: ``Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque Tú lo pides (a Tu palabra), echaré las redes."
Juan 2:2-6
y también Jesús fue invitado a la boda, con Sus discípulos.
2 Corintios 1:9-10
De hecho, dentro de nosotros mismos {ya} teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido