Y aconteció que , como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba al cielo, y se sentó a la diestra de Dios.

Y pasaba por las ciudades y aldeas, enseñando, y caminando a Jerusalén.

Y aconteció que yendo él a Jerusalén, pasaba por medio de Samaria y de Galilea.

Y Jesús, tomando aparte a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.

Y dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.

Y aconteció que, cuando quiso el SEÑOR alzar a Elías en el torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.

Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

El Señor DIOS me abrió el oído, y yo no fui rebelde; ni me torné atrás.

Pero de un bautismo me es necesario ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que sea cumplido!

Y oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y porque pensaban que luego había de ser manifestado el Reino de Dios.

Y aconteció que bendiciéndolos, se fue de ellos; y era llevado arriba al cielo.

¿Pues qué será, si viereis al Hijo del hombre que sube donde estaba primero?

Antes del día de la Fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

Mas ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿Adónde vas?

Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu Nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.

Hasta el día en que, habiendo dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que escogió, fue recibido arriba;

Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos.

Y ahora, he aquí, que yo atado del Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;

Y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

la cual obró en el Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole a su diestra en los lugares celestiales,

Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.

prosigo al blanco, al premio del soberano llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Y sin falta, grande es el misterio de la piedad: Dios se ha manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los Angeles; ha sido predicado a los gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.

donde entró por nosotros nuestro precursor Jesús, hecho Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

puestos los ojos en el Autor y Consumador de la fe, Jesús, el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió el madero, menospreciando la vergüenza, y fue sentado a la diestra de Dios.

el cual está a la diestra de Dios, siendo subido al cielo; a quien están sujetos los ángeles, y las Potestades, y Virtudes.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)

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