Y luego, subiendo del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre Él.

y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia.

¡Oh si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,

Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él.

He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido en quien mi alma tiene contentamiento. He puesto sobre Él mi Espíritu, Él traerá juicio a las naciones.

Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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