Marcos 10:38

Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado?

Lucas 12:50

Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!

Isaías 51:22

Así dice tu Señor, el SEÑOR tu Dios, que contiende por su pueblo: He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, el cáliz de mi furor, nunca más lo beberás.

Marcos 14:36

Y decía: ¿Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú {quieras}.

Lucas 22:42

diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Juan 18:11

Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?

1 Reyes 2:22

El rey Salomón respondió, y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Pide para él también el reino, pues es mi hermano mayor, y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia.

Salmos 75:8

Porque hay un cáliz en la mano del SEÑOR, y el vino fermenta, lleno de mixtura, y de éste El sirve; ciertamente lo sorberán hasta las heces {y} lo beberán todos los impíos de la tierra.

Jeremías 25:15

Porque así me ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: Toma de mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío.

Jeremías 45:5

``Pero tú, ¿buscas para ti grandes cosas? No {las} busques; porque he aquí, voy a traer calamidad sobre toda carne" --declara el SEÑOR-- ``pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde vayas."

Mateo 20:21-22

Y El le dijo: ¿Qué deseas? Ella le dijo*: Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

Mateo 26:39

Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú {quieras}.

Romanos 8:26

Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede {por nosotros} con gemidos indecibles;

Santiago 4:3

Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastar{lo} en vuestros placeres.

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