Y corría su fama por toda Siria; y le traían todos los que tenían mal; los tomados de diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y lunáticos, y paralíticos, y los sanaba.

y diciendo: Señor, mi criado yace en casa paralítico, gravemente atormentado.

Y diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece malamente; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.

Este empadronamiento primero fue hecho siendo Cirenio gobernador de Siria.

Y he aquí una mujer cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija esta enferma, poseida del demonio.

Y rodeó Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda flaqueza en el pueblo.

Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo, y le sanó; de tal manera, que el ciego y mudo hablaba y veía.

y escribir por mano de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de los gentiles que están en Antioquía, y en Siria, y en Cilicia, salud:

y dijo: Si oyeres atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad, de las que envié a los egipcios, te enviaré a ti; porque yo soy el SEÑOR tu Sanador.

Fue, pues, el SEÑOR con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.

Puso luego David guarnición en Siria, la de Damasco, y fueron los Sirios siervos de David llevando presente. Y el SEÑOR guardó a David donde quiera que fue.

Y aun fue más sabio que todos los hombres; más que Etán ezraíta, y que Hemán y Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue nombrado entre todas las naciones de alrededor.

Y oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón en el nombre del SEÑOR, vino a tentarle con preguntas.

Y el nombre de David fue divulgada por todas aquellas tierras; y puso el SEÑOR el temor de David sobre todos los gentiles.

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creiste te sea hecho. Y su criado fue sano en la misma hora.

Y cuando él llegó a la otra ribera, a la provincia de los gadarenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, que nadie podía pasar por aquel camino.

Y he aquí le trajeron un paralítico, echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Confía, hijo; tus pecados te son perdonados.

Y se difundió esta fama por toda aquella tierra.

Mas ellos salidos, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

Y recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y todo flaqueza en el pueblo.

En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús,

Y Jesús le reprendió, y salió el demonio de él; y el niño fue sano desde aquella hora.

Vino luego su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

Y cuando fue la tarde, cuando el sol se puso, traían a él todos los que tenían mal, y endemoniados;

Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era traído por cuatro.

Y salido él del barco, luego le salió al encuentro un hombre de los sepulcros, con un espíritu inmundo,

Y Jesús volvió en virtud del Espíritu a Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor,

Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,

Pero tanto más se extendía su fama; y se juntaba grande multitud a oír y ser sanada por él de sus enfermedades.

Y saliendo él a tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de muchos tiempos; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.

Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado; ¿puede un demonio abrir los ojos de los ciegos?

a Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios del Espíritu Santo y de potencia; que anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.

Y anduvo la Siria y la Cilicia, confirmando a las Iglesias.

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Sagradas Escrituras (1569)

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