Mateo 8:25

Y llegándose sus discípulos, le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

2 Crónicas 14:11

Y clamó Asa al SEÑOR su Dios, y dijo: SEÑOR, no tienes tú más con el grande que con el que ninguna fuerza tiene, para dar ayuda. Ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre venimos contra este ejército. Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.

2 Crónicas 20:12

¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos lo que hemos de hacer, mas a ti están puestos nuestros ojos.

Salmos 10:1

¿Por qué estás lejos, oh SEÑOR, y te escondes en los tiempos de la angustia?

Salmos 44:22-23

Antes por tu causa nos matan cada día; somos tenidos como ovejas para el degolladero.

Isaías 51:9-10

Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo del SEÑOR. Despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó al soberbio, y el que hirió al dragón?

Jonás 1:6

Y el maestre de la nave se llegó a él, y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; por ventura él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.

Marcos 4:38-39

El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?

Lucas 8:24

Y llegándose a él , le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él, increpó al viento y a la furia del agua; y cesaron, y fue hecha grande bonanza.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)