Miqueas 1:6

Haré pues, de Samaria un montón de ruinas, tierra de viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus fundamentos.

Ezequiel 13:14

Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová.

Miqueas 3:12

Por tanto, a causa de vosotros Sión será arada como un campo, y Jerusalén vendrá a ser un montón de ruinas, y el monte de la casa como las cumbres del bosque.

2 Reyes 19:25

¿Nunca has oído que hace mucho tiempo yo lo hice, y que desde los días de la antigüedad lo dispuse? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás para hacer desolaciones, para reducir las ciudades fortificadas en montones de ruinas.

Lamentaciones 4:1

¡Cómo se ha oscurecido el oro! ¡Cómo el buen oro se ha demudado! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles.

Isaías 25:2

Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, nunca más será reedificada.

Isaías 25:12

Y allanará la fortaleza de tus altos muros; la humillará y echará a tierra, hasta el polvo.

Jeremías 9:11

Y convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas, en guarida de dragones; y de las ciudades de Judá haré asolamiento, que no quede morador.

Jeremías 51:25

He aquí yo contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti, y te haré rodar de las peñas, y te tornaré en monte quemado.

Jeremías 51:37

Y Babilonia se convertirá en escombros, en morada de dragones, en espanto y escarnio, sin morador.

Oseas 13:16

Samaria será asolada, porque se rebeló contra su Dios; caerán a espada; sus niños serán estrellados, y sus mujeres encintas serán abiertas.

Amós 5:11

Por tanto, pues que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo; edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.

Habacuc 3:13

Saliste para salvar a tu pueblo, para salvar con tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, desnudando el cimiento hasta el cuello (Selah).

Mateo 24:2

Y Jesús les dijo: ¿No veis todo esto? De cierto os digo: No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.

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Reina Valera Gómez (© 2010)