Números 13:33
También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes: y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
Génesis 6:4
Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que entraron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: Éstos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
Deuteronomio 1:28
¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.
Deuteronomio 3:11
Porque sólo Og, rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón?; la longitud de ella de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hombre.
Deuteronomio 9:2
un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?
Isaías 40:22
Él está sentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.
Números 13:22
Y subieron por el sur, y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, y Sesai, y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán, la de Egipto.
Deuteronomio 2:10
(Allí habitaron antes los emitas, pueblo grande y numeroso, y alto como los anaceos;
1 Samuel 17:4-7
Salió entonces del campamento de los filisteos un adalid, que se llamaba Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.
1 Samuel 17:42
Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era un joven, y rubio, y de hermoso parecer.
2 Samuel 21:20-22
Después hubo otra guerra en Gat, donde hubo un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era de los hijos del gigante.
1 Crónicas 11:23
El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura: y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor; mas él descendió a él con un palo, y arrebató la lanza de la mano del egipcio, y lo mató con su propia lanza.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido