Proverbios 10:19
En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.
Santiago 3:2
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Santiago 1:19
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea presto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
Salmos 39:1
«Al Músico principal, a Jedutún: Salmo de David» Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí.
Eclesiastés 5:3
Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.
Proverbios 17:27-28
El que reserva sus palabras tiene sabiduría; de excelente espíritu es el hombre entendido.
Eclesiastés 10:13-14
El principio de las palabras de su boca es necedad; y el fin de su charla, nocivo desvarío.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido