Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían.

Como frío de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel a los que lo envían; pues al alma de su señor da refrigerio.

El que canta canciones al corazón afligido, es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.

El que envía mensaje por mano de un necio, se corta los pies y bebe su daño.

que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú. Éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día.

Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.

Diligentes, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.

Que no os hagáis perezosos, sino que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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