y digas: ¡Cómo aborrecí el castigo, y mi corazón menospreció la reprensión;

El que ama el castigo ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión, es carnal.

¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los locos aborrecerán la ciencia?

antes desechasteis todo consejo mío, y no quisisteis mi reprensión;

El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.

Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper las puertas.

Y salió al día siguiente, y viendo a dos hebreos que reñían, dijo al malo: ¿Por qué hieres a tu prójimo?

Y el espíritu de Dios envistió a Zacarías, hijo de Joiada el sacerdote, el cual estando sobre el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos del SEÑOR? No os vendrá bien de ello; porque por haber dejado al SEÑOR, el también os dejará.

Y hablándole el profeta estas cosas, él le respondió: ¿Te han puesto a ti por consejero del rey? Déjate de eso , ¿por qué quieres que te maten? Y al cesar, el profeta dijo luego: Yo sé que Dios ha acordado destruirte, porque has hecho esto, y no escuchaste mi consejo.

Y habló el SEÑOR a Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon;

Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra su pueblo, y que no hubo remedio.

¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!

Mas yo era ignorante, y no entendía; era como una bestia acerca de ti.

por cuanto aborrecieron el conocimiento, y no escogieron el temor del SEÑOR,

Porque el mandamiento es candela, y la enseñanza luz; y camino de vida las reprensiones del castigo;

Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el castigo; mas el que guarda la corrección, será honrado.

El loco menosprecia el castigo de su padre; mas el que guarda la corrección, saldrá cuerdo.

Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, diciendo: No hagáis ahora esta cosa abominable que yo aborrezco.

No seáis como vuestros padres, a los cuales dieron voces los primeros profetas, diciendo: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos, y de vuestras malas obras: y nunca oyeron, ni me atendieron, dijo el SEÑOR.

Pero no quisieron escuchar, antes dieron hombro rebelado, y agravaron sus oídos para no oír;

Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.

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Sagradas Escrituras (1569)

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