unas veces está afuera, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas.

También ella, como ladrón, acecha, y multiplica entre los hombres los prevaricadores.

Se sienta en una silla a la puerta de su casa, en los lugares altos de la ciudad,

Porque desde hace mucho quebré tu yugo, y rompí tus ataduras; y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso corrías tú, oh ramera.

¿Por qué realzas tu camino para hallar amor? Pues aun a las malvadas enseñaste tus caminos.

¿Para qué discurres tanto, mudando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria.

Alza tus ojos a los lugares altos, y ve en qué lugar no se han acostado contigo: para ellos te sentabas en los caminos, como árabe en el desierto; y has contaminado la tierra con tu prostitución y tu maldad.

te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas.

edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga,

Y luz de candelero no alumbrará más en ti; y voz de desposado y de desposada no se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones.

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Reina Valera Gómez (© 2010)

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