Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

Mas, tan ciertamente como vivo yo, la gloria del SEÑOR llenará toda la tierra.

Diles: Vivo yo, dice el SEÑOR, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.

Y se arrodillarán a él todos los reyes; le servirán todos los gentiles.

Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han ayuntado, han venido a ti. Vivo yo, dice el SEÑOR, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

Vivo yo, dice el SEÑOR, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano diestra, aun de allí te arrancaré;

Por tanto, vivo yo, dijo el Señor DIOS, ciertamente por haber tú violado mi Santuario con todas tus contaminaciones, y con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.

Por tanto, vivo yo, dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento perpetuo; el remanente de mi pueblo los saqueará, y el remanente de mis gentiles los heredará.

Cualquiera pues que me confesare delante de los hombres, le confesaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos.

Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

pero que los gentiles glorifiquen a Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré a ti entre los gentiles, y cantaré a tu Nombre.

que al Nombre de Jesús toda rodilla de lo celestial, de lo terrenal, y de lo infernal se doble.

Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

Porque muchos engañadores son entrados en el mundo, los cuales no confiesan que Jesús, el Cristo, es venido en carne. Este tal engañador es, y anticristo.

Y los cuatro animales decían: Amén. Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros , y adoraron al que vive para siempre jamás.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)

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