Porque el que es muerto, al pecado murió una vez; y el que vive, a Dios vive.

Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven para él.

Así también vosotros, pensad que vosotros de cierto sois muertos al pecado; mas que vivís a Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, y por el pecado, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado condenó al pecado en la carne;

Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.

así mismo el Cristo murió por todos, para que también los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él.

De otra manera sería necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo; mas ahora UNA VEZ en la consumación de los siglos, para deshacer el pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo.

Porque también el Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;

Porque por esto también ha sido predicado el Evangelio a los muertos; para que sean juzgados en carne según los hombres, y vivan en espíritu según Dios.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright

Todas Traducciones
Reina Valera 1909
Biblia del Jubileo 2000 (Grátis)
La Biblia de las Américas
La Nueva Biblia de los Hispanos
Spanish: Reina Valera Gómez
Spanish: Sagradas Escrituras 1569