Romanos 8:13

porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu mortificáis las obras del cuerpo, viviréis.

Gálatas 6:8

Porque el que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Romanos 6:21

¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

Romanos 6:23

Porque la paga del pecado es muerte; mas la gracia de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Romanos 7:5

Porque mientras vivíamos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando a muerte.

Romanos 8:1-2

Así que ahora, ninguna condenación hay para los que están en Cristo, Jesús, que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Romanos 8:4-6

para que la justicia de la ley fuera cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

1 Corintios 9:27

antes sujeto mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; para que predicando a los otros, no me haga yo reprobado.

Gálatas 5:19-21

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,

Gálatas 5:24

Porque los que son del Cristo, han colgado en el madero a la carne con sus afectos y concupiscencias.

Efesios 4:22

a que dejéis, en cuanto a la pasada manera de vivir; es a saber el viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error;

Efesios 4:30

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.

Efesios 5:3-5

Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a los santos;

Efesios 5:18

Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos de Espíritu;

Colosenses 3:5-8

Mortificad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, deleite carnal, mala concupiscencia, y avaricia, la cual es servicio de ídolos;

Tito 2:12

Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, justa, y píamente,

Santiago 1:14-15

pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.

1 Pedro 1:22

Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en amor hermanable sin fingimiento, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro,

1 Pedro 2:11

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

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