Salmos 107:12

Por lo que quebrantó con trabajo sus corazones, cayeron y no hubo quien les ayudase;

Salmos 22:11

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.

Éxodo 2:23

Y aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.

Éxodo 5:18-19

Id, pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la tarea del ladrillo.

Jueces 10:16-18

Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová: Y su alma fue angustiada a causa de la aflicción de Israel.

Jueces 16:21

Mas los filisteos echaron mano de él, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas de bronce, para que moliese en la cárcel.

Jueces 16:30

Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Y estribando con toda su fuerza, cayó la casa sobre los príncipes, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y fueron muchos más los que de ellos mató al morir, que los que había matado en su vida.

2 Reyes 6:26-27

Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le dio voces, y dijo: Salva, rey señor mío.

2 Reyes 6:33

Y aún estaba él hablando con ellos, y he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?

Nehemías 9:37

Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestras bestias, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.

Job 9:13

Si Dios no retira su ira, los ayudadores soberbios serán abatidos debajo de Él.

Salmos 18:40-41

Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.

Salmos 142:4

Miré a mi mano derecha, y observé; mas no había quien me conociese; no tuve refugio, nadie se preocupó por mi alma.

Isaías 51:19-20

Estas dos cosas te han acontecido; ¿quién se dolerá de ti? Asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién te consolará?

Isaías 51:23

Y lo pondré en la mano de tus angustiadores que dijeron a tu alma: Póstrate para que pasemos. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como calle a los que pasaban.

Isaías 52:5

Y ahora ¿qué tengo yo aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado sin un por qué? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.

Isaías 63:5

Y miré y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

Lamentaciones 5:5-6

Persecución padecemos sobre nuestra cerviz; nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo.

Lucas 15:14-17

Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)