Salmos 114:4
Los montes saltaron como carneros, los collados como corderitos.
Éxodo 19:18
Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
Habacuc 3:6
Se paró, y midió la tierra: miró, e hizo salir los gentiles; y los montes antiguos fueron desmenuzados, los collados antiguos; los caminos del mundo se humillaron a él.
Jueces 5:4-5
Cuando saliste de Seir, oh SEÑOR, cuando te apartaste del campo de Edom, la tierra tembló, y los cielos destilaron, y las nubes gotearon aguas.
Habacuc 3:8
¿Oh SEÑOR, contra los ríos te airaste? ¿Contra los ríos fue tu enojo? ¿Tu ira fue contra el mismo mar, Cuando subiste sobre tus caballos, y sobre tus carros de salud?
Éxodo 20:18
Todo el pueblo consideraba las voces, y las llamas, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
Salmos 18:7
Y la tierra fue conmovida y tembló; y los fundamentos de los montes se estremecieron, y se removieron porque él se enojó.
Salmos 29:6
Y los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como hijos de unicornios.
Salmos 39:6
Ciertamente en tinieblas anda el hombre; ciertamente en vano se inquieta; amontona, y no sabe quién lo cogerá.
Salmos 68:16
¿Por qué saltasteis, oh montes altos? Este monte amó Dios para su asiento; ciertamente el SEÑOR habitará en él para siempre.
Jeremías 4:23-24
Miré la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz.
Miqueas 1:3-4
Porque he aquí, el SEÑOR sale de su lugar, y descenderá, y hollará sobre las alturas de la tierra.
Nahúm 1:5
Los montes tiemblan de él, y los collados se deslíen; y la tierra se abrasa delante de su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
2 Pedro 3:7-11
pero los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos.
Apocalipsis 20:11
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido